Presentación del curso
Quizás uno de los mitos que más daño ha hecho es el que dice que las personas con autismo no sienten. Las emociones están todas ahí, sin dudarlo, y la mayoría de las veces incluso existe una hipersensibilidad. No obstante, debido a su forma distinta de pensamiento y a los desórdenes sensoriales, sí que hay desajustes y dificultades en la comprensión, expresión, interpretación y regulación emocional.
Creyendo en el potencial de las personas con autismo, vamos a ver de forma detallada un programa de intervención en emociones. Lo voy a presentar todo siempre de forma muy práctica, combinando situaciones de la vida diaria, situaciones provocadas, interacción, ejercicios y juegos. Importantísimo destacar desde el principio que todas las personas sentimos emociones, y que todas las emociones son necesarias. Es decir, no hay emociones ni buenas ni malas. Lo que sí es decisivo es aprender a conocer las emociones y saber manejarlas, tanto a nivel personal como aplicado a terceras personas.